25/07/20

arquitectura con sabor nacional

“A nosotros, los cocineros de América Latina, nos toca reivindicar, investigar nuestros ingredientes, codificarlos y darles nuevos horizontes”. Con estas palabras, Gastón Acurio reafirma el compromiso, que tanto éxito le ha dado, de ensayar el concepto (complejo e híbrido) de “ser peruano”. Y es que la complejidad e hibridación son dos componentes fundamentales para entender nuestra real identidad. Así como en la gastronomía, los ensayos culturales por encontrar lo “peruano” se resuelven, muchas veces, por la inclusión – y fusión- de dos conceptos básicos: Tradición y Modernidad.

La arquitectura no es ajena a este fenómeno: nuestra historia ha tenido, en todas sus expresiones, diferentes modos de entender nuestra identidad, de conciliar la historia y tradición con lo actual y moderno. Así, la tensión entre lo particular y lo universal, entre lo local y global, entre otros, nos da algunas características de nuestra realidad cultural. Por un lado, podemos caer en nostalgias anacrónicas; por el otro, en una alienación desenfrenada. Por eso lo complejo e híbrido aparecen como soluciones: no podemos entender nuestro presente sin nuestro pasado (menos separarlos) y encontrar en la fusión y mestizaje, como bien ha hecho con mucho éxito la comida peruana contemporánea, un valor positivo para el quehacer arquitectónico.

Casa Pachacamac

Esta vivienda diseñada y construida entre el 2003 y 2010, ganadora del Hexágono de oro, aprovecha muy bien el contexto y paisaje para mimetizar la casa con el cerro, de la misma manera que lo hicieron los arquitectos en la época prehispánica. Así mismo, los materiales y el lenguaje de la casa refuerza dicha inspiración ancestral.

Agrupamiento Chabuca Granda

Construido en 1984 en el distrito del Rímac, este proyecto del arquitecto José García Bryce destacó por su diseño innovador para. la época y el lugar. Reinterpretó los conceptos coloniales, como el de zaguán o balcón, generando una nueva alternativa de diseño para un edificio multifamiliar contemporáneo.

Edificio Ajax-Hispana

Este edificio de vivienda, ubicado en San Isidro, es digno representante del regionalismo peruano, por su interés en rescatar nuestra época precolombina, inspirándose en la huaca de Puruchuco. Diseñado por el arquitecto Emilio Soyer, lo convirtió en ganador de la Bienal de Arquitectura de 1983 y en inspiración para varias otras generaciones de arquitectos que intentan trabajar con los mismos conceptos vernaculares.

Edificio de la Sociedad de Arquitectos del Perú

Enrique Seoane fue uno de los principales arquitectos modernos en el Perú. Luego de su incursión en lo que se llamó estilo neocolonial, desarrolló las principales ideas de la arquitectura racionalista de influencia europea, sin abandonar del todo las raíces nacionales. Prueba de ello es este proyecto de 1945 ubicado en la av. Tacna: la tensión de tres períodos históricos (la portada colonial rematada con una forma trapezoidal prehispánica, enmarcada por una geometría racional y austera) configura un edificio de notable valor y singularidad.

Edificio Wilson

En este edificio de viviendas y oficinas ubicado en la av. Garcilazo de la Vega y realizado en 1946, Enrique Seoane se compromete mucho más con el proyecto moderno propagado en esa época. Así, propone un edificio de siete pisos de altura, en donde la pureza geométrica y la horizontalidad de las ventanas reafirman el compromiso del arquitecto con la modernidad. Sin embargo, podemos encontrar aquella fusión que caracterizó gran parte de su trabajo: la base del edificio nos remite a nuestra arquitectura colonial, y en los dos últimos pisos encontramos una excelente interpretación de relieves prehispánicos de origen Chimú.

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